El primer semestre de la administración de Javier Milei ha sido testigo de significativos avances en la estabilización macroeconómica de Argentina. Sin embargo, los desafíos heredados del peronismo han sido enormes y, en las últimas semanas, el presidente ha debido redoblar esfuerzos para sacar al país del estancamiento generado por la gestión deficiente de su antecesor, Alberto Fernández.
En cuanto a los números actuales, se ha destacado la caída del PIB durante el primer trimestre de 2024, que fue del 5,1%. Aunque esta contracción es notable, el economista Daniel Fernández señala que desde 2009, la economía argentina ha experimentado al menos siete caídas similares o mayores.
Bajo la administración anterior, se registraron al menos tres episodios comparables de contracción económica. Por lo tanto, no se trata de un colapso sin precedentes, sino de una situación que ya ha ocurrido varias veces en la reciente historia del país. La diferencia ahora radica en que la caída al inicio de la era Milei coincide con un plan de estabilización que ha logrado controlar la hiperinflación y eliminar el déficit público mediante un drástico recorte del gasto.
Para abril, la actividad económica habría mostrado una caída mensual del 0,1%, indicando que el ajuste está cerca de completarse y el desafío ahora es impulsar nuevamente la producción. Además, las proyecciones para todo el año 2024 sugieren una recuperación gradual, con una contracción del PIB que se estima rondará el 3,5%, según el ministerio de Economía liderado por Luis “Toto” Caputo.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, se espera un “rebote” del 5% en 2025, lo que indica que la salida de la fase de ajuste podría tener forma de una recuperación en “V”.
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